El patrimonio es un regalo que recibimos de nuestros antepasados, que debemos cuidar y preservar para entregarlo a nuestros sucesores.
En Chile se celebra el Día del Patrimonio todos los años el último fin de semana de mayo, en una actividad ciudadana que nos invita a conocer nuestra herencia cultural y que este año se realizó de manera virtual, dejándonos un valioso material que es posible revisitar aquí
El fomento del patrimonio en nuestros niños nos permite fortalecer la identidad local, y el aprecio por la diversidad cultural, acercándolos a la riqueza cultural del país.
Existe el patrimonio natural que por su belleza o por su carácter social, cultural o científico es necesario conservar, como un parque, un lugar de avistamiento astronómico o las flores del desierto; y existe, el patrimonio cultural, que se presenta como manifestación, ya sea antigua o actual; tangible o intangible. Tangible como construcciones, lugares arqueológicos, esculturas o artesanías. Intangible, como los bailes, los idiomas, o las fiestas que se transmiten de generación en generación.
Patrimonio e identidad rural
El patrimonio rural contiene elementos materiales e inmateriales que testimonian las relaciones que una comunidad ha establecido con un territorio. Si viajamos algunos kilómetros dentro de nuestro país o si observamos nuestro propio entorno podemos descubrir riquezas – denominadas patrimonio rural- que pasamos por alto. Nuestro colegio se encuentra en un sector que tiene un gran valor patrimonial, y que es necesario conocer, valorar, mantener vivo y dar a conocer.
El desarrollo inmobiliario ha permitido que nuevas familias se integren a nuestro sector, con la posibilidad de conocer las tradiciones de una zona que en el pasado fue netamente rural y que hoy permite una conjugación con lo urbano.
Colina patrimonial
Durante la primera mitad del siglo XX haciendas como Chicureo, Guay Guay, Santa Filomena, con su media luna Chacabuco, (Monumento Histórico), Lo Arcaya, San Miguel, Peldehue y Quilapilún, entre otras, eran las grandes propiedades agrarias y el principal articulador de la vida social y económica.
Hoy, en el centro histórico de Colina, aún se conservan casonas de adobe, de un piso, y fachada continua. En este sector se ubica la Iglesia Inmaculada Concepción, actualmente Casa de la Cultura, declarada Monumento Histórico en 1971.
Otro de los bellos legados es el pueblo de Las Canteras, caserío en el que viven unas 600 familias, ubicado a los pies del cerro Pan de Azúcar, donde se venden piedras y objetos decorativos, lugar considerado zona típica por ser de los pocos que quedan en la Región Metropolitana y donde aún se ve activo a un solitario y tradicional lechero.
La Fiesta de Cuasimodo
Una de las celebraciones más reconocidas de esta zona es la Fiesta de Cuasimodo, ceremonia religiosa católica, realizada principalmente en distintas localidades del valle central de Chile, a partir del primer domingo siguiente a la Pascua de Resurrección, que consiste en una procesión a caballo que escolta a un sacerdote con las reliquias necesarias para la Eucaristía, todo a bordo de una carreta adornada para la ocasión, para llevar la comunión a los enfermos y ancianos que no pueden comulgar.
En la ciudad la fiesta se vive con especial fervor, siendo la más grande del país. El Archivo Fotográfico de Colina cuenta con imágenes de cuasimodos del Fundo Reina Sur y Santa Filomena de la década del 60. Hoy la capilla de Santa Filomena es una de las principales paradas de esta fiesta.
Por último, un rincón hermoso y poco conocido es el Parque Quilapilún, el que cuenta con 30 mil ejemplares de árboles, arbustos y hierbas, toda flora nativa.
Estamos en pandemia, hoy en fase dos, pero cuando sea tiempo de salir, no dejemos de reconocer nuestro entorno y su identidad patrimonial rural. Colina y sus alrededores tienen mucho de historia campestre, que es importante descubrir.
Fuentes
https://www.diadelpatrimonio.cl/
http://www.chileparaninos.gob.cl/
https://www.xn--patrimonioparaniasynios-7hcf.cl/
Revista Sábado, El Mercurio, 1271, 14 de noviembre, 2020