La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Su función es básicamente de supervivencia, actúa como una especie de alarma ante la percepción de peligro o amenaza, provocando en la persona sensaciones físicas de ansiedad, como la aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, sudor, malestar estomacal, y otras reacciones generadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar del peligro. Puede presentarse con síntomas leves o extremos, y afecta a niños, adultos y adolescentes.
Lo anterior puede catalogarse como una ansiedad normal, vale decir inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir. Puede ser ligera o intensa, dependiendo de cada persona o situación. Pero, cuando esta ansiedad pasa a ser demasiado constante, es desproporcionada respecto a la situación del momento e interfiere en la vida diaria de la persona y en su felicidad, se considera un problema mayor, siendo más bien un trastorno de ansiedad. Hay de diversos tipos y con síntomas diferentes.
Las personas estamos acostumbradas a salir de casa, lo que hace probable que algunas aumenten sus niveles de ansiedad en estos tiempos de cuarentena. Por ello, es importante mantener una rutina de trabajo o estudio diaria, cuidar las horas de alimentación, realizar actividad física y contactarse con familiares y amigos.
La ansiedad puede llegar a interferir en la capacidad de enfocarse y de aprender, generando dificultades en los estudios. También puede ocasionar problemas físicos, por eso es importante detectarla a tiempo.
Algunas señales de ansiedad en los niños y jóvenes
- Quejas por dolores de estómago o de cabeza, aunque no exista un motivo médico para ello.
- Tensar constantemente los músculos.
- Tener problemas para quedarse o permanecer dormido.
- Llorar mucho, irritarse o enojarse sin ningún motivo claro.
- Temor a cometer errores, incluso pequeños.
- Decir “¡no puedo hacerlo!” sin un motivo real.
- Hacer constantes pataletas.
Cómo ayudar a disminuir la ansiedad
- Hablar con los niños y jóvenes sobre las cosas que los estresan o preocupan. Ayudarles a encontrar formas de sobrellevar las cosas.
- No tratar de eliminar la ansiedad, sino más bien ayudarles a controlarla y a tolerarla lo mejor que puedan. Con el tiempo irá disminuyendo.
- Dar ejemplos de cómo controlar la ansiedad de forma sana, y permitiendo que los niños vean que todos sentimos ansiedad en ciertas ocasiones y que es posible controlarla y superarla con tranquilidad.
- Guiarlos de forma positiva, pero realista.
- No fijarles altas expectativa. Si bien tener expectativas puede ayudarles a alcanzar su potencial, hay que ser sensatos respecto a sus capacidades.
- Los niños y jóvenes necesitan tiempo para relajarse y jugar, éstas son actividades cruciales para su salud física y mental.
- Hablar con los jóvenes sobre el uso de las redes sociales. Ayudarles a que tomen descansos y que piensen de forma crítica sobre toda la información que hay en ellas. Con los más pequeños, limitar y vigilar el uso de la tecnología.
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