Educar con amor y límites

Tanto la parentalidad positiva como el toughlove son formas de crianza que se centran en la educación basada en el amor, la conversación y las reglas claras, buscando un equilibrio entre la disciplina y el afecto.

Se entiende por parentalidad positiva a la crianza basada en los principios de atención, orientación, reconocimiento, potenciación y educación sin ningún tipo de violencia, rechazando el castigo físico y psicológico como forma de educación, respetando los tiempos y necesidades de cada hijo o hija, siempre mediante el afecto y con límites claros.

Esta propuesta busca adecuarse a las distintas formas de vida que las familias actuales enfrentan, que incluyen también nuevas formas de hacer familias y que tiene por enfoque el desarrollo integral de los niños, sus padres y parientes.

Desde pequeños la interacción de los hijos con sus padres es muy importante, pues es la base para su construcción psíquica. La transmisión de valores, formas de ser, actuar, comunicar, significa pensar el sentido de descendencia, lo que influye en la forma como cada persona se desenvuelve en su entorno, en como logre su crecimiento personal, fortaleciendo su autoestima, logrando ser una persona social con estabilidad emocional.

Cómo aplicar en lo cotidiano esta forma de crianza:

  • Proteger a los niños y niñas, entregándoles seguridad.
  • Educar sin gritos ni amenazas, educación mediante el diálogo.
  • Demostrar afectos, interés en ellos y en lo que hacen.
  • Establecer normas, para que las cumplan y les den seguridad.
  • Conversar, es la base de la crianza.
  • Tolerar las diferencias.

Vale decir, se trata de un buen trato, entregando seguridad, mediante el respeto mutuo, a través del diálogo y de normas claras, logrando empatía, siempre mediante la explicación, sobre todo cuando se cometen errores; y cuando corresponde, incluyendo al núcleo familiar cercano, ese que brinda apoyo emocional e incondicional a cada uno de los integrantes y de nuestros hijos.

Amor y Límites

Inculcar las normas en el contexto de parentalidad puede ir de la mano de lo que se conoce como “toughlove”, lo que se traduce como “Amor para crecer”.

Esta forma de entregar amor ayuda a inculcar los límites que los niños necesitan, para ir desarrollando su autonomía y habilidades que cada uno porta y así poder desarrollarlas en su vida diaria, ya sea en un entorno protegido como la familia y en un entorno más amplio como sería el colegio y otros. Se opone al paternalismo asociado a un proteccionismo excesivo que impide madurar al hijo(a).

Toughlove es una forma de crianza autoritativa que busca lograr un equilibrio entre la disciplina y el amor. Los padres que creen en el amor para crecer a menudo usan frases como: «Estoy haciendo esto porque te quiero» o «Tenemos que corregir este error para que crezcas y seas un adulto responsable». Este tipo de amor ayuda a inculcar disciplina y responsabilidad en los niños. También ayuda a desarrollar la autoestima y alienta el comportamiento respetuoso, pero esto solo tendrá lugar si realmente se encuentra el equilibrio.

Al dar una orden que sea entendida por el hijo(a) en un lenguaje concreto, el niño(a) podrá decidir hacerla o no hacerla. En ese momento se respeta su decisión, aunque no nos guste lo que resolvió, no se pelea ni se descalifica, pero unas horas después tiene una consecuencia lógica que hace eliminar o mitigar esa conducta.

La conducta para que sea hábito y genere un camino neuronal en la corteza del cerebro debe realizarse 21 veces a lo menos.

Para el desarrollo de la autonomía y responsabilidad es muy importante moverlos de su zona de confort dejarlos aprender haciendo las tareas propias que correspondan a su etapa de desarrollo y para movilizarlos es muy importante utilizar los límites con amor (toughlove).

Tenemos que entender que detrás de cada límite hay un tremendo acto de amor, para que ese hijo crezca y se desarrolle en toda su plenitud.

En el caso que la balanza recaiga más en la disciplina estricta (padres autoritarios), entonces es más que probable que los niños crezcan teniendo sentimientos de inseguridad e incapacidad. Por eso es tan importante aprender a encontrar el equilibrio, tanto por la crianza que se le regala cada día a los hijos como por su desarrollo.

Los niños se enojan al tener que sufrir las consecuencias de sus acciones. A menudo dirigirán la ira a los padres, al cuidador u otros niños en la casa. En ese momento se debe ayudar al niño a redirigir la rabia explicando el error y la consecuencia posterior. 

Es importante que en los enfados el adulto separe las acciones del niño. De esta manera el pequeño aprenderá a responsabilizarse de sus acciones en lugar de sentirse mal por «cómo es”.

También hay casos en que los niños entienden los errores que cometen, y a menudo tienen rabietas para evitar el castigo o las consecuencias a sus acciones. Las rabietas dependen de la edad; por ejemplo, los niños pequeños llorarán, mientras que los niños mayores darán golpes o  gritarán. Ahí el adulto debe ignorar al niño por un tiempo hasta que se tranquilice y luego aplicar la conversación, reflexión y consecuencia.

Prestar atención a la rabieta  motiva al niño a comportarse mal y dificulta administrar las consecuencias, que en cierto modo es el objetivo del niño. Luego tras la tormenta puedes corregir al niño de manera comunicativa y hacer que comprenda el error.

El toughlove ayuda a entender la disciplina con amor en los niños a una edad temprana. La comunicación y la coherencia ayudan a los niños a comprender que las acciones tienen consecuencias. 

Todo acto tiene consecuencias por pequeño que sea y esto nos lo demuestra la vida sin darnos explicaciones.

Además, es fundamental ser cariñoso y comunicativos con ellos, estableciendo reglas y consecuencias de forma temprana y acorde a las tareas que pueden realizar según su etapa de desarrollo.

Las consecuencias dependen de cada familia, hijo, y edad, las cuales pueden incomodar , pero no anular .

A medida que los niños crecen, puedes involucrarlos en la elaboración de las reglas y la selección de las consecuencias.  Esto hace que los niños diferencien entre comportamiento aceptable y no aceptable.

La idea es exigir, pero con amor para que crezcan y desarrollen la tarea que es adecuada a la etapa y propia para cada hijo. Es hacerlos autónomos para la vida, ser funcionales y desarrollar todas las habilidades que uno tiene y ponerlas al servicio de la vida.

Esto nos habla de moverlos de la zona de confort que como familia muchas veces permitimos, haciéndolos  capaces, que descubran, se cansen, valoren y actúen por ellos mismos, para desarrollarse y crecer en autoestima.

Es fundamental inculcar el respeto, la confianza y la generosidad, para eso recomendamos siempre un equilibrio de amor con límites, donde los valores que inculquen y la lógica del amor, les enseñará a conquistar el más alto de los grados: tener mejores hijos e hijas, conscientes del amor incondicional que siempre encontraran en su familia.

Ver ejemplo de un caso

Fuentes

https://www.mscbs.gob.es/ssi/familiasInfancia/ayudas/docs2013-14/GuiadeBuenasPracticas2015.pdf

https://www.teseopress.com/dimensionescualitativasparentalidad/chapter/parentalidad-positiva/

https://www.savethechildren.es/donde/espana/violencia-contra-la-infancia/parentalidad-positiva

https://www.mscbs.gob.es/ssi/familiasInfancia/docs/folletoParentalidad.pdf

https://www.bekiapadres.com/articulos/amor-Exigente-hijos/

https://en.wikipedia.org/wiki/Tough_love

https://www.las2orillas.co/educar-con-amor-Exigente/